Según los principios del vudú, una persona muerta puede revivir gracias a un bokor, o hechicero vudú. Los zombies permanecen bajo el control del bokor, ya que no tienen voluntad propia. ‘Zombi’ es también el nombre del dios-serpiente Damballah Wedo, de origen nigerio-congolés; es parecido a la palabra ‘nzambi’, que significa ‘dios’. También existe dentro de la tradición vudú el zombi astral, que es un alma humana capturada por un bokor y usada para aumentar su poder.
En 1937, mientras investigaba el folclore de Haití, Zora Neale Hurston se encontró con el caso de una mujer que apareció en un pueblo en el que una familia afirmó que era Felicia Felix-Mentor, una pariente que había muerto y había sido enterrada en 1907 a la edad de 29 años. Hurston escuchó rumores que decían que las personas afectadas habían recibido poderosas drogas, pero no fue capaz de ubicar a gente dispuesta a darle más información. Luego escribió:
‘Si la ciencia llega algún día al fondo del Vudú en Haití y África, se descubrirá que importantes secretos médicos, todavía desconocidos para las ciencias médicas, son los que le dan su fuerza más que los ritos ceremoniales’.
Varias décadas después, Wade Davis, un etnobotánico de Harvard, presentó un caso farmacológico de zombies en dos libros, ‘The serpent and the rainbow’ (1985) y ‘Passage of darkness: the ethnobiology of the haitian zombie’ (1988). Davis viajó a Haití en 1982 y, como resultado de sus investigaciones, declaró que una persona viva puede convertirse en un zombie por medio de dos polvos especiales que entran en el caudal sanguíneo (generalmente por una lastimadura). El primero, ‘coup de poudre’ (Francés: ‘golpe de polvo’), incluye la tetrodotoxina (TTX), el veneno encontrado en el pez globo. El segundo polvo está compuesto por disociativos como la datura. Juntos, estos polvos podían inducir un estado parecido al de la muerte, en el que la voluntad de la víctima quedaba enteramente sujeta al bokor. Davis también popularizó la historia de Clairvius Narcisse, de quien se dijo que sucumbió frente a esta práctica.
Los síntomas del envenenamiento por TTX van desde los mareos y la nausea hasta la parálisis, inconsciencia, y muerte, pero no incluyen un trance ‘de muerte’. Según el neurólogo Terence Hines, la comunidad científica rechaza a la tetrodoxina como la causa de este estado, y las afirmaciones de Davis sobre los zombies hawaianos no son tomadas en serio. El psiquiatra escocés R. D. Laing resaltó el lazo entre las expectativas sociales y culturales y la compulsión, en el contexto de la esquizofrenia y otras enfermedades mentales, lo cual sugiere que la esquizogénesis puede tener su peso en los aspectos psicológicos de la ‘zombificación’.
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