Gabriela estaba completamente atemorizada, pues su hermana Mariana le había contado una historia sobre un hombre lobo.
Según cuenta la leyenda en las noches de luna llena el séptimo hijo varón se transforma en un lobo, que ataca a cuanto ser vivo cruza por su camino y lo destroza, para saciar con sangre su sed. ¿ Sería esto verdad o sólo un invento?
Pero sólo el viento con su rugir contestó, asustándola aún más. En su desesperación corrió hacia la ventana y apoyándose con todas sus fuerzas logró cerrarla.
En ese instante sintió que una mano se posaba en su hombro, pensó que iba a desmayarse ... ¿Qué sucede, qué son esos aullidos? preguntó su hermana que acababa de despertarse. ¡No lo sé , pero me pareció ver una figura extraña cerca de nuestra ventana!
Las dos hermanas trataron de distinguir algo entre la oscuridad y la tormenta pero no lograban hacerlo y además los ruidos y los aullidos se hacían cada vez más fuertes... ¡ El pánico las paralizó! ... ¡ De pronto los ruidos cesaron y tras unos segundos la puerta del dormitorio se abrió! ...
Las dos lanzaron un alarido de terror al unísono ¡ Auxilioooo!
¿Pero hijas , qué les sucede? ¿ Qué no escucharon al pobre perro? ¿Quién lo dejó afuera con esta tormenta?
Las niñas se abrazaron a su madre y al cachorrito y comenzaron a reir. ¡Quién entiende a estas criaturas! exclamó la mamá, dirijiéndose a su habitación.
Entretanto a lo lejos se recortaba la figura de un lobo aullandole a la luna.
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