Los Cónclaves son las ceremonias formales que celebra la Camarilla, con una rígida normativa, de carácter obligatorio, que la regula. Los resultados varían, y mientras unos son sobradamente esperados, otros resultan ser una sorpresa para la mayoría de los implicados.
Durante los Cónclaves los miembros de la Camarilla tienen una oportunidad de oro para dejarse oír y expresar su opinión en lo referente a la Justicia y como ésta es administrada y repartida dentro de la Secta. Todos los Cainitas miembros de la Torre de Marfil pueden asistir, entendiéndose por miembro de la Camarilla a cualquier Vástago que ha jurado lealtad a la Secta, es decir, que ha sido debidamente presentado a un Príncipe y aceptado como miembro de la Praxis.
La función primordial de un Cónclave es hacer recomendaciones o sugerir directrices sobre los asuntos que son elevados al Cónclave. Cualquier Vástago puede llevar un asunto a un Cónclave, siempre y cuando posean estatus (o respeto) suficiente para ello. En cuanto al carácter de los asuntos tratados en los Cónclaves, a menudo estos asuntos son, ni más ni menos, quejas contra Príncipes, aunque esto no suponga que necesariamente éstos sean reconvenidos; interpretar las Seis Tradiciones; declarar Cazas de Sangre (incluso contra Príncipes); y en general resolver problemas de carácter grave o, por lo menos, “preocupante” para el Círculo Interior. Cualquier asunto puede ser llevado ante la Asamblea, compuesta por todos los Vástagos presentes, aunque los miembros de la Asamblea solo pueden dirigirse al Cónclave si cuentan con el apoyo de, al menos, dos miembros más de la Asamblea.
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