CERRÉ LOS OJOS
Y CAÍ SUMERGIDA EN UN PROFUNDO SUEÑO,
EN UN SUEÑO DEL QUE UN VAMPIRO
ERA SU DUEÑO,
Y LE SENTÍ TRASPASAR MI CUELLO,
INCAR SUS COLMILLOS EN MI YUGULAR,
SUAVE, DULCEMENTE,
YO NO QUERÍA DESPERTAR,
PERO DE PRONTO ABRÍ LOS OJOS
Y CREÍ QUE ERA EL FINAL,
HASTA QUE ME RETORCÍ DE DOLOR,
COMO ATRAVESADA POR ESPADAS,
VÍ UNA MARCA EN MI CUELLO ,
ESTABA PALIDA Y HELADA.
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